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Cómete el Mundo, No el Planeta. Capítulo IV-2/2

Cómete el Mundo, No el Planeta. Capítulo IV-2/2

Escrito por en Ago 4, 2023 para Blog

Una Cuestión de Equilibrio: Continuación

La semana pasada andábamos hablando de cómo se construye una dieta saludable y de los diferentes grupos de nutrientes que existen. Hablamos de carbohidratos, grasas y proteínas. Hoy hablaremos de vitaminas y de equilibrio, el quid de la cuestión. Vimos como un consumo moderado de proteínas animales ayuda a mantener la línea. Un consumo abundante de vitaminas, en cambio, ayuda a que todo marche bien.

Una cuestión de equilibrio

Imagen de portada realizada por SERGIO BRAVO ÁLVAREZ (sergimilustrador@gmail.com)

Las grasas y los carbohidratos son las moléculas combustible del cuerpo. Los niños, que son muy movidos, necesitan aportar a sus cuerpecitos este combustible de donde sacar toda esa energía, sobre todo en forma de hidratos de carbono: De ahí su especial apetencia por el dulce. Pero cuidado, demasiado azúcar, por mucho que les guste, es muy malo para ellos (además de que les hiperactiva). Las proteínas son unas moléculas estructurales, así que los niños necesitan tomar algo más de proteínas que los adultos porque están creciendo. Y, desde luego, que lo que no les puede faltar, son las vitaminas.

Funcionalidad

Las vitaminas son amplio abanico de compuestos con diferentes funciones que se encargan de que todo marche bien: Desde reforzar el sistema inmunitario hasta favorecer la absorción de calcio en los huesos. Se encuentran casi exclusivamente en los vegetales, salvo algunas excepciones. Una dieta con abundancia de verduras y frutas (ambos en plural, es decir, de diferentes clases), te asegura aportar al cuerpo todas las vitaminas que necesita. Por eso es tan importante comer fruta y comer verdura: Aproximadamente el 25% de la dieta. Además, la fruta y la verdura también tienen fibra, mucha agua, proteínas y una azúcar que pueden tomar los diabéticos diferente a la glucosa, la fructosa.

Haciendo balance…

Todo lo anterior dicho, así a ojímetro y de forma aproximada, nos queda el siguiente gráfico de lo que sería una dieta saludable. ¡Pero no hagáis trampas! Al igual que hablando de azúcares, grasas, proteínas y demás, hay que incluir en la ecuación ojimétrica todo lo que habitualmente te metes a la boca desde que te levantas hasta que te acuestas; todo suma, todo forma parte de tu dieta.

¿Y la leche? Pues mira, resulta que la leche es un alimento que tiene un poco de todo y, aunque yo la tome entera, la semidesnatada los tiene en proporciones parecidas a las del gráfico. Es decir, es un alimento muy equilibrado. Así que, como no sabía dónde meterla, no la he incluido en el gráfico.

En mi caso particular, como vegetariana y paciente oncológica que soy, me viene muy bien lo de un lácteo al día (un vaso de leche tamaño vaso de agua, un yogurt tamaño estándar, un poco de queso, …). Además, ni quiero abusar de la soja, ni quiero suplementar mi dieta con pastillas (B12); prefiero aportar todo lo que mi cuerpo necesita con la comida.

Nótese que no es necesario comer únicamente alimentos equilibrados para tener una dieta equilibrada. Lo realmente importante es que los combines de tal forma que, a lo largo del día, resulte en una combinación equilibrada. Por ejemplo, el típico arroz con frijoles, sin ir más lejos, es una comida de lo más equilibrada. Equilibrada y casi completa, pues le estás metiendo al body los ocho aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita que le metas, de una tacada. Y ya, si le metes unos vegetalitos para acompañar y aportar más vitaminas, lo clavas.

Fin del capítulo IV.

¡Nos vemos!

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