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La bloguera y su circunstancia (mis fuentes, mi CV y un relato divertido)

Escrito por en Ago 23, 2014 para Blog, Nutrición, salud, testimonios

Para que sepáis de dónde sale lo que os cuento…

Los principios de nutrición oficiales los aprendí en un máster propio de la Universidad de Valencia sobre Psicología y Gestión Familiar, cuyo objetivo era formar profesionales multidisciplinarios de la familia, y que incluía, por supuesto, un módulo de nutrición y salud (otro de consumo, otro de economía y políticas familiares, aparte de los de psicología pura…).

Por lo demás, estudié filología románica y música en Madrid en mis años mozos, y más tarde hice un máster de investigación en psicología del aprendizaje y de la educación por la UNED, y una formación en terapia Gestalt en París.

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Para ganarme la vida, decidí en cierto momento establecerme entre dos países, Francia y Suiza, en torno a la ciudad de Ginebra, donde terminé combinando la traducción en organizaciones internacionales (entre otras, la OMS y el Consejo Internacional de Enfermeras) con un gabinete de terapia gestalt y consultoría familiar, que incluyó muchos años de colaboración con una asociación de ayuda e información a futuros padres y padres jóvenes.

Actualmente soy responsable de la edición española de la Revista Internacional del Trabajo, en la OIT, Ginebra. Y este blog me permite seguir en contacto y comprometida con mi país, primero, y con mi otra profesión, la psicología de la familia, después (gracias, Emilio y Lourdes).

Las vías innovadoras de nutrición y salud las he ido encontrando poco a poco, al ritmo, primero, de crisis y enfermedades (propias y ajenas: las de mis clientes, las de mi propia familia…), y después de encuentros con profesionales de la salud formidables, y de una búsqueda personal sin prisa, pero sin pausa.

No me vendo como experta en nutrición, porque no lo soy, pero sí tengo los elementos suficientes como para ir pasándoos información interesante y fidedigna que, espero, pueda seros útil para vuestra reflexión personal sobre estos temas.

Mi vida

Os contaré una anécdota, un pequeño relato real de verano.

En la lotería de la salud a mí me tocó un mal que suena banal y mediocre, como de chupatintas o de señorita remilgada de provincias, pero que puede ser angustioso como la gota fría. Lo peor, además, es que es una gota que no se ve, y se presta mucho a que te digan eso de “lo suyo es psicológico, cálmese usted”, que es lo que dice la medicina oficial cuando no entiende lo que pasa y no sabe solucionarlo. Os hablo del colon irritable. Os ahorro los detalles, salvo que es una de las razones de consulta más frecuentes y hace perder millones a la seguridad social.

Eso de “cálmese usted” fue lo que me dijo el médico del centro de salud de Aguacate (los carabancheleros saben de qué hablo), cuando fui a verle por enésima vez, allá por principios de los ochenta. Ya me había frito a radiografías y a otras pruebas de dudoso gusto, y no había encontrado nada. Así que me asestó el diagnóstico del colon irritable y me mandó a casa.

Por aquel entonces, yo acababa de pasar (los nervios de) la selectividad y me había dado cuenta de que comer peras me calmaba. Además, mi abuela era una mina de recetas de la idem, cuya eficacia yo había comprobado con alegría durante mis años de infancia.

Así que, desde lo alto de mis 17 años, cuando el médico estaba ya cerrando mi expediente y la enfermera levantándose para llamar al siguiente atormentado, me quedé en la silla y me atreví a decirle: “¿Y no tendrá esto que ver un poco con la alimentación?”. El galeno me miró como las vacas a los trenes. Era un hombre de pocas palabras, joven, seguramente recién salido de la universidad, y tenía cierto aire de niño bien que me hacía pensar que para él, ese Carabanchel Alto donde lo habían destinado debía de ser algo así como el más allá.

“¿Como que la alimentación?”, me respondió. “Sí, le dije, ¿no tendrá usted algún consejo que darme sobre los alimentos que puedo comer para mejorar?”. “Qué consejo quiere que le dé, pues que hay que comer de todo”. Y viendo mi desaliento, sacó de nuevo el cuadernillo para las recetas y me prescribió salvacolina (que en aquel entonces contenía un opiáceo) para los ataques de diarrea, y unas cápsulas para la aerofagia (que, entre otros efectos secundarios, provocaban somnolencia, y que me resigné a utilizar para el insomnio).

Diez años después mis diarreas se habían vuelto crónicas, con lo que, además, sufría de anemia, cierta malnutrición y problemas hormonales. Entonces uno de mis primos me habló de un médico que “curaba con la alimentación”. Se me abrió el cielo. Se trataba del Dr. Lengua, cardiólogo peruano afincado en Madrid cuya experiencia clínica le había llevado a la conclusión, según sus propias palabras, de que lo único que cura, es lo que uno come (creo que todavía pasa consulta en Madrid).

Y mi colon irritable, milagrosamente, dejó de fastidiarme. Además logré dormir bien.

Mis fuentes

A partir de ese momento, mis búsquedas no cesaron, hasta que encontré la alimentación que me conviene y que me permite llevar lo mejor posible esta enfermedad crónica (actualmente no suelo tener más que un brote ligero cada tres o cuatro años, un auténtico logro), y lidiar con las que va trayendo la vida (frutos secos contra el colesterol, por ejemplo, ma-no-de-san-to).

Gracias a esa búsqueda, he encontrado fuentes de información sobre nutrición, plantas medicinales, superalimentos y otros factores de salud.

Foto de Carlos Gayo

Foto de Carlos Gayo

Se trata siempre de verdaderos profesionales, como el Dr. Lengua y otros médicos de carrera que además conocen alternativas como la fitoterapia, la acupuntura o la homeopatía (Dr. Borzykowsky, Ginebra, Dr. Hsin, Ferney-Voltaire).

Otra de mis fuentes es mi vecina y amiga Christelle Perrot, farmacéutica y naturópata, que trabaja en la farmacia ginebrina de referencia para todas las medicinas naturales (Pharmacie des Eaux Vives).

Citaré también los libros que recogen las investigaciones del Dr. Valnet, especialista francés en alimentos y plantas medicinales, y también los del grupo de investigación sobre salud hormonal del Dr. Lee (Canadá).

También canadiense es la excelente web passeport.sante, de la que ya os he hablado, una verdadera enciclopedia de salud realizada por un grupo multidisciplinario de profesionales (médicos de diversas especialidades, naturópatas, nutricionistas, psiquiatras, psicólogos, etc.), sobre la base de investigaciones científicas. En esta web podemos encontrar los usos tanto tradicionales como demostrados científicamente de muchas plantas, además de muchísima información nutricional, muy bien estructurada.

Ahora ya sabéis de dónde sale lo que os cuento.

Si vosotr@s tenéis otras fuentes y queréis compartirlas, estaremos encantados.

 

    1 Comentario

  1. Gracias Lola! por compartir estos trocitos de tu «circunstancia» y tu conocimiento

    Lourdes López

    29 agosto, 2014

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